Un artcle d'un amic: contaminatu

M'ha agradat molt aquest article del meu amic, escriptor i catedràtic de la Universitat de Graná ahí es ná, Ángel Esteban. A veure què us sembla.

Contaminatu

Hasta Hilary Clinton, su presidente Premio Nobel y Ban Ki-moon han intervenido para que Haidar no muera. Desde hace casi un mes, esa magnífica señora ocupa las portadas de todos los diarios, y dicen que con su huelga de hambre ha realizado más por su causa que treinta y cinco años de lucha de todo un pueblo por defender su identidad territorial. Le han pedido al Rey, al Papa y al lucero del alba que por favor se impliquen, y parece que no hay otra cosa que hacer en el mundo que salvar a una mujer que quiere morir por su pueblo, como hizo Martí por Cuba. La postura de Aminatu es encomiable, aunque provoque escenas ridículas como la de Rosa Díez llevando una carta, cuando el servicio de correos funciona maravillosamente, o este desconcertante gobierno nuestro echando la culpa de todo a la policía.

A veces, cuando veo a Moratinos o a Zapatero hablar del tema, con cara de preocupación, como si tuvieran algo de peso moral a sus espaldas, y la vida de los demás les interesase algo, me pregunto por qué, a la misma vez que ese careto medio tristón parece sincero, dentro de unos días van a aprobar una ley que no sólo permite matar a discreción a una persona de 14 semanas, que tiene los órganos vitales tan desarrollados como los de Aminatu, o quizá hasta en mejores condiciones físicas, sino que además pretende intimidar a los que no quieran hacerlo, restringiendo la objeción, y obliga a que todos los españoles tengan información, en las escuelas, sobre la maravilla de ir haciendo desaparecer aminatus, también hasta las 22 semanas -¡menudo dilema moral!- con algunas restricciones, además de aleccionar a todos los estudiantes de ciencias de la salud para que sepan cómo se mata, para que no fallen el tiro.

Este mundo, sin duda, está contaminatu, o mejor, contra los aminatus que no pueden hacer huelga de hambre para defender lo que tienen que ser sus derechos, porque son tan persona como la heroica señora por la que todos (menos el gobierno de su país) claman para que no muera. Este mundo se va al carajo, como diría García Márquez, y esta civilización se tambalea, impotente y sin recursos morales. La proliferación del aborto no es una cuestión de estilo, o simplemente social, es un problema que afecta a la configuración ética de un mundo que ha perdido el sentido del respeto a la vida. Mientras los premios Nobel de la Paz hagan guerras necesarias y permitan la pena de muerte y la posesión libre de armas, y fomenten (como Zapatero) el aborto facilón, nos vamos todos a la mierda, como el imperio romano. Por favor, sigan riéndole las gracias a Bibiana, promotora del genocidio con el dinero de todos los españoles.